viernes, 2 de enero de 2015

¿Dónde se escondió nuestro amor?

Me aferro a tu espalda, ya cálida por el calor del descanso, escurro mis dedos por tu piel, tratando de no despertarte, tu brazo presiona el mío como si temiera que escapase.

Me pregunto tantas cosas mientras beso tu espalda. Quisiera saber si todavía me amás, si ya te cansaste de mí, si te parezco aburrida, o si ya no te resulto atractiva.

¿Dónde quedó la magia? ¿Dónde se escondió nuestro amor? ¿Será todo ese tiempo que pasamos juntos que resulta demasiado? ¿Será que no estamos encontrando la salida?

Otra noche que doy vueltas en mi cama sin encontrar respuesta y siento tu mano rozando mi espalda, un beso casual y tu brazo que presiona mi cuerpo contra el tuyo. Me pregunto si estarás dormido.

Me resulta buena idea ponerme de frente y mirarte, tus ojos aún cerrados, tu respiración lenta, tus labios relajados y mis manos acariciandote, te estremecen las cosquillas y te beso suave y despacio para no despertarte, tu mano presiona mi cintura y me devolves el beso.

Entonces pienso que todo ha vuelto a ser como antes, que es una etapa, que las cosas van y vienen constantemente, que la energía se mueve y no podemos evitarla. Me convenzo así, y una vez más, de la eternidad de nuestro amor.