viernes, 31 de octubre de 2014

DIAS COMO ESTOS

Hay días, como hoy, en los que quisiera volver a ser adolescente.
Me gustaría oír la lluvia chocar contra mi ventana, mientras me endulzo con alguna canción melódica, sabiendo que no tengo más preocupaciones que esa.
En algún momento me llamará mamá para pedirme algo o me avisará que la comida está lista, no lo se, no tengo reloj, no me interesa, no me importa, no tengo nada para hacer y no me da culpa.
No se que es la culpa, soy yo, soy ser, soy ser escuchando o leyendo, conociendo, descubriendo, estando, sintiendo, viviendo.
Mamá me pide que haga no se que cosa, me arrastro desde la cama sin ganas, descalza, ¡que limpia estaba siempre la casa de mamá!, vuelvo, pongo nuevamente la última canción, ya no la escucho, algunas melodías se filtran en mi cabeza sin saber muy bien como articularlas, la lluvia ya no azota tanto los vidrios.
Pobre mamá, a mi me gustaba ver las gotas rodar por los impecables vidrios, pero ahora entiendo el trabajo que a ella le significaba mi placer, ¡como la entiendo ahora!
Ya conozco de culpa, de trabajo, de esfuerzo, de responsabilidades, de estar y no estar, de pensar y hacer múltiples cosas, de tiempos, de política, de medios, de angustias y maldades. De la realidad de la acción en si misma.
Hay días, como hoy, en los que quisiera volver a ser adolescente.