martes, 19 de agosto de 2008

Todo empezó con un juego

Recuerdo el día que te conocí.

Estábamos de cumpleaños y vos caíste de invitado, la situación era incómoda, nadie sabia bien que hacer o que decir, las chicas tratábamos de pilotearla ante su mirada atónita que no los dejaba meter bocadillo.

La noche fue transcurriendo, tu mano en mi pierna - siempre odié que me tocaran los extraños - "esa" mirada que aún no logro interpretar, la sensación de anfitriona que me llevó a hacer tontos comentarios y cierta onda que me gustó.

El msn hizo su entrada, las charlas comenzaron por ser diarias - pensé que me aburriría pronto - y cada vez nos divertíamos mas, y empezamos a hablar por teléfono, y nos divertimos aún más, y cuando no podíamos chatear nos mensajeábamos con el celular, y nos divertíamos mas y mas.

Llegó la noche de bailanta, la salsa entonando el lugar y la bebidas llenando la sangre, chiste de salida, chiste de llegada, comentarios ajenos, chicas bailando alrededor - celos - y nosotros bailando, casi se avecinaba un beso que no esperaba y no sabía si quería.

La seducción de todo el tiempo vivido empezaba a hacerse carne en mi, sabía que sentía y no era lo que quería, temía que lo peor sucediera y no habría vuelta atrás, pero había algo en tus palabras que me incitaba a querer más cada día, las charlas por chat no eran suficientes, los menajes no alcanzaban, las llamadas nocturnas y la fantasía se adueñaba de nosotros.

Era momento de vernos, inútil resultaba esperar mas tiempo, y ese beso llegó - miedo, nervios - acompañado de un cúmulo de pasión incontenible que nos hizo temblar, por días no hicimos mas que vernos, pero como todo lo bello es efímero y algo se perdió en el aire, no se que es solo se que no está.

Las risas, infaltables compañeras desde el día que nos conocimos, se hicieron presentes amenizando cada momento, sin dejar de sorprendernos, y nos hacíamos enojar solo para burlarnos del otro.

Desconozco aún el final de esta historia, pero me pregunto si fue tu sonrisa, tus miradas, tus besos, tu carita, tus caricias, tus abrazos, tu bondad o las ganas de verte las que me trajeron hasta acá, hasta el punto de encontrarme queriendo mas, sabiendo que no es lo correcto, sabiendo que hay alguien allá afuera que nos completa, que está hecho a nuestra medida, pero no comprendo como te aferraste tanto en mi que ahora no puedo sacarte de mis pensamientos.

Me despertaba de noche pensando en vos, y al ver tus fotos siento necesidad de verte y besarte, y vuelvo a recordar que no es correcto, no somos almas gemelas y estamos lejos de serlo, pero algo me tiene atrapada y no se que es, pero sigo temiendo lo peor... enamorarme.

domingo, 10 de agosto de 2008

que ganas de verte otra vez

que ganas de ganas de verte otra vez
no se si fue mucho tiempo
pero todavía pienso en tus manos recorriendo mi piel
tus besos y abrazos
como olvidar tanta ternura?
cuando el día se acaba y la tranquilidad invade mis paredes
quisiera que estuvieras conmigo para cuidarme y sentirte de nuevo
no existen palabras para contarte lo hermoso que fue haberte conocido
tengo sed del dulce néctar de tu piel y quiero verte otra vez.

sábado, 2 de agosto de 2008

Hubiera querido terminar la semana en sus brazos

Hubiera querido terminar la semana entre tus brazos solía pensar ella cuando veía las marcas que el cansancio había dejado en su rostro.
Se preparaba un baño de espuma y trataba de relajar su mente para evitar preguntarse cuando tendría noticias suyas.
Mientras tanto, él, inmerso en sus lecturas interminables, había olvidado que debía comer o bañarse, solo se tomaba un recreo para dormir cuando sus ojos inventaban lo que las frases decían.
Un día, uno de sus libros preferidos, aquel que había leido tantas veces y se sabía de memoria, le hablaba de una chica que había estado esperando noticias suyas y como nunca llegaron decidió buscar otro camino, al principio le resultó extraño lo que leía, revisó la tapa del libro asegurandose que fuera el correcto, y releyó la frase, confirmando que hablaba de cualquier otra cosa, y su cabeza le estaba dando señales de cúan cansado estaba.
Se decidió a llamarla antes de irse a dormir, ella, sorprendida, preguntó porque se había demorado tanto en aparecer, él explicó la situación como mejor pudo, pero ella aún estaba algo ofendida y había decidido olvidarse de él como él de ella.
Ella, agradeció amablemente el gesto, pero le hizo saber que ya no estaba interesada.
El comenzó un nuevo libro, el viejo ya no le divertía.