viernes, 12 de diciembre de 2008

Ojitos, parte II

Hoy la luna está mas linda que nunca y yo solo quiero compartirla con vos, quisiera que estuviéramos, en esta noche de verano, al aire libre mirando el cielo, sin hablar, disfrutando de la piel que se eriza con el mínimo roce, del corazón que late con solo saber que estás cerca, y de los labios que empiezan a desear el contacto.

Quisiera verte mas seguido, y que te acordaras que existo, que te necesito, que siento que vas y venís, mientras mi corazón no termina de adaptarse, pues cuando creo que ya no hablamos, te mostrás mas dulce que nunca.

Tengo quien me acompañe esta noche, quien disfruta cada momento que pasa a mi lado, quien no deja de decirme cuanto siente por mi, y ya lo creo que es hermoso, pero yo solo quiero que en su lugar solo estés vos, aunque no digas nada, aunque te quedes en silencio, aunque no me beses.

Cierro los ojos y te siento murmurar en mi oído, tocarme el pelo, todavía no puedo borrar el sabor de tus besos, y cada vez que me voy a dormir veo tu espalda, y me imagino besándola mientras mi mano recorre tu piel.

Deberías saber que te amo, que te espero y que te necesito, que no hay nadie más con quien quiera hablar, salir, o por quien preocuparme, pero es tan difícil cuando te embarcás en tus pensamientos que te llevan a volvar tan lejos de mi, tan lejos de la tierra, y me cuesta esperar el momento apropiado para decirte esto solo para que no lo registres.

De mas está decirte que me tengo mas que merecido a quien me acompaña, porque me da todo aquello que nadie hace, y sin embargo no puedo encarnarlo en mi, porque me gustás vos, con tus idas y vueltas, con tu dulzura y tu frialdad, con todo lo bueno y lo malo que tenés para ofrecer, mientras yo me encuentro atrapada en un callejón sin saber para donde correr.

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