martes, 16 de diciembre de 2008

Ojitos, parte III

Ojitos negros, ya no se que decirte, es tanto lo que siento que no encuentro ni las palabras, la melancolía se ha apoderado de mi alma, y de mis oídos, las canciones que cantabas.
No hago mas que recordarte y añorar lo que aún no fué y no se si será, mientras, te sueño, te imagino cerca, fantaseo con lo vivido, elaboro estrategias para que registres cuan cerca estoy, pero ninguna parece funcionar.
Amo ir conociendo cada una de tus cosas, aunque sea a cuenta gotas, y a la vez pienso que no vale la pena perder tanto tiempo, pero que maravilloso sería haberlo perdido si al final del camino te encuentro guitarra en mano y haciendo uso de la preciosa voz que me conquistó.
Espero que dejes de darme señales confusas y sepas que te espero, que te entiendo, que respeto cada uno de tus momentos, pero por favor no sufras mas porque me duele.
Yo solo pretendo compartir un pedacito de quienes somos, aunque no dure, aunque no sea lo mejor que nos pueda pasar en la vida, tal vez, intentándolo sea la manera de comprobar que no somos el uno para el otro y podamos ser aún más amigos, nadie puede culpar a cupido por lo que no se siente, pero mis plegarias tampoco tienen respuesta.

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